Algo particularmente evidente por el hecho de que se perciben entidades que parecen ser independientes de la fabricación del cerebro humano, en un entorno físico similar a la realidad normal (por ejemplo, nuestra habitación cuando se “nos sube el muerto”). El mismo Strassman teoriza en su libro DMT: the Spirit Molecule, que el fenómeno alien, tan difundido en nuestra cultura, podría tener que ver con la secreción natural de DMT en vista de que las alucinaciones parecen ser muy similares. Asimismo existe un paralelo entre las experiencias cercanas a la muerte —que algunos describen como similares a las sensaciones que ocurren dentro de la parálisis del sueño— y los viajes de DMT, experimentados como vívidos acercamientos a la muerte. Incluso se dice que el cerebro humano incrementa su secreción de DMT cuando está al borde de la muerte. Carl Jung explicaba el avistamiento de ovnis como transferencias de la otredad, nuestro espejo en el cielo, arquetipos materializados de la mente colectiva. Tal vez esto sea cierto y muchas de las entidades que parecen percibirse afuera en realidad estén dentro de nosotros, sean parte quimérica de nuestra química cerebral. Las personas que dicen haber sido abducidos por extraterrestres niegan que se trate de una alucinación producida por una invasión de REM en un estado despierto o incluso que tenga que ver con una secreción de DMT, puesto que, dicen, recuerdan haber estado en una nave espacial y ser analizados (algunos hasta violados) por extraños seres telepáticos de alta tecnología popularmente conocidos como “los grises”. Para algunos el fenómeno de la parálisis en el sueño ocurre cuando los extraterrestres son sorprendidos regresándolos de la cuarta a la tercera dimensión —y luego les borran la memoria de lo ocurrido. Tal vez la mejor forma de averiguar qué es lo que sucede con este extraño fenómeno es intentar perder el miedo la próxima vez (puesto que tenemos al menos la mitad de posibilidades de que esto nos ocurra) y percibir con calma de qué están hechas las alucinaciones, si podemos hacer que desaparezcan o no, si tenemos los ojos abiertos o cerrados, si podemos hablar: la experiencia directa no puede ser sustituida por la ciencia.
Los tipos de alucinaciones que se suelen dar durante el parálisis del sueño son:

• Alucinaciones hipnopómpicas: se producen en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, es decir, ocurren cuando nos estamos despertando. Son percepciones visuales (imágenes intensas, auditivas o táctiles que aparecen cuando se está despertando, cuyo vinculo con la realidad objetiva no esta clara, pero son vividas como tales, de manera que el sujeto las distingue de una experiencia normal vivida completamente despierto. No son patológicas.
• Alucinaciones hipnogógicas: es una alucinación auditiva, visual o táctil que se produce poco antes del inicio del sueño. La palabra hipnogógica (o hipnagógico) expresa una situación de tránsito entre la vigilia y el sueño.  Estos fenómenos se presentan en las fases 3 y 4 del sueño profundo no REM. Son frecuentes en niños de 6 a 15 años y en algunas personas se prolonga hasta la edad adulta. Las alucinaciones más comunes son de tipo visual o de carácter auditivo. En muchas ocasiones tienen relación con vivencias del día anterior. Y a veces no se guarda recuerdo de la misma al despertar. Durante el sueño los ojos se mueven de manera salvaje ,de ahí viene el nombre, movimiento ocular rápido (REM), para que no podamos representar los sueños, el cerebro envía señales a la médula espinal,que paraliza las extremidades. En el estado hipnogógico (entre la vigilia y el sueño) es común pensar que se está despierto, hasta tal punto que se tiene seguridad de tener los ojos abiertos y de ver y escuchar cosas alrededor, pero no se puede mover. Hay incluso ocasiones en que la persona que está durmiendo en ese estado se despierta, y la inmovilidad permanece. Sin embargo, el cuadro revierte a la normalidad en cosa de minutos, no requiriendo intervención alguna ni teniendo mayor significación patológica. Este estado ha llevado a mucha gente a interpretar que está sufriendo una experiencia paranormal o que algo o alguien les está impidiendo moverse o hablar. En muchas ocasiones, las alucinaciones hipnogógicas producen representaciones visuales sumamente coloridas, la mayoría de las veces sin ninguna correlación con la realidad, del orden de los mecanismos inconscientes. Esta característica general, también, la sensación de una vivencia extrasensorial en muchos de quienes las experimentan.